De entre todas las maravillas para visitar que tiene Roma, una de las principales razones por las que millones de personas cada año se acercan a conocer la ciudad, es visitar los monumentos de la Antigua Roma que aún se conservan decentemente, así como las ruinas romanas de otros lugares que fueron muy importantes hace dos milenios, pero a los que el paso del tiempo no les ha sentado tan bien. En esta entrada te cuento cuáles son los lugares imprescindibles que ver de la Antigua Roma, aprovechando para hacer un «breve» repaso de la historia de la fundación de Roma. Si quieres saber qué ver en el Foro Romano, cómo visitar el Coliseo romano o el Panteón de Agripa… entre otros monumentos que se conservan de la Antigua Roma, ¡no te pierdas esta entrada!
Monumentos, edificios y lugares de la Antigua Roma
Palatino, una vuelta a los orígenes de Roma
Hablar del monte Palatino es hablar del mismo lugar en el que se fundó la ciudad de Roma, allá por el siglo VIII a.C. Al pie del monte Palatino y por tanto muy cerca del río Tíber, se estableció un mercado donde varios pueblos (griegos, etruscos, saberinos…) intercambiaban productos. Este mercado dio lugar al establecimiento de una población permanente y relativamente grande para la época (previamente, en esta zona tan solo había pueblos de pastores esparcidos por lo que se conoce como las siete colinas de Roma, una de las cuales es precisamente el monte Palatino).
La Monarquía Romana se establece como tal en el año 753 a.C., bajo el reinado de Rómulo. Según la antigua tradición literaria romana fue exactamente el 21 de abril del 753 a.C cuando los gemelos Rómulo y Remo fundaron Roma. Aunque en realidad, la fecha exacta fue inventada por el «historiador» Tito Livio, quien en el siglo I a.C escribió la friolera de 142 libros sobre la Historia de Roma desde su Fundación. Y lo de «historiador» va entrecomillado, ya que allá donde no se conocía el detalle real sobre los hechos realmente acontecidos, Tito Livio completaba la historia con mitos y leyendas (lo cual sucede especialmente en los primeros libros sobre la Historia de Roma desde su Fundación). Estos libros dan lugar a la leyenda sobre el origen de la ciudad que ha llegado hasta nuestros días.
Según la leyenda…
Tras la caída de Troya, Eneas llegó a Italia y fundó la ciudad Alba Longa. El último rey de Alba Longa (Numitor), fue destronado por su hermano Amulio, quien además obligó a la hija de Numitor (Rea Silvia) a hacerse sacerdotisa, para asegurarse que su hermano no tuviera más descendencia que le complicara el reinado. Sin embargo, Marte, el dios de la guerra, tuvo dos hijos con Rea Silvia (Rómulo y Remo), a los que Amulio intentó matar. Los gemelos sobrevivieron gracias a una loba que los amamantó en el monte Palatino. Cuando crecieron, Rómulo y Remo acabaron con Amulio y devolvieron el trono a su abuelo Numitor. Tras ello, fundaron una nueva ciudad, Roma, en el lugar en que la loba los había amantado. Pero digamos que no habían aprendido mucho de la historia de Numitor y Amulio, y se disputaron a vida o muerte el mando de la nueva ciudad, de modo que Rómulo mató a Remo.
¿Qué hay de verdad en todo esto?
Dejando a un lado la parte del relato sobre Eneas, Marte, etc… que claramente forma parte del mito, lo cierto es que los historiadores nunca se ponen de acuerdo sobre si realmente existieron Rómulo y Remo. A principios del siglo XX se encontraron en el monte Palatino los restos de una cabaña del siglo VIII a.C. que algunos señalan como el lugar donde pudo vivir Rómulo. Y en el 2020 se encontró un sarcófago que también podría pertenecer a este misterioso personaje… Pero como comentaba antes, aún a día de hoy no hay evidencia histórica suficiente para asegurar que Rómulo existió o no existió, y se continúa investigando sobre el tema.
Foro Romano, el lugar más importante de la Antigua Roma
El Foro Romano era el centro neurálgico en la Antigua Roma, un espacio público donde se concentraba la vida social. En esta zona se encontraban lugares que servían a las distintas funciones dentro de la vida en la ciudad: administración, comercio, vida religiosa, etc. Por tanto, no es de extrañar que en este lugar se localizase un número importante de impresionantes edificios que mostraban la grandeza de Roma. Hoy en día solo podemos disfrutar de las ruinas de esos edificios, puesto que una vez cayó el Imperio Romano, esta zona de la ciudad perdió su utilidad original, lo cual le llevó desafortunadamente a sufrir numerosos saqueos, lo que junto con varios incendios e inundaciones que se sucedieron, fueron llevando a la destrucción del Foro Romano. Posteriormente, a lo largo de muchos años esta zona fue quedando enterrada y así permaneció durante varios siglos. Una vez finalizó la Edad Media, a lo largo del siglo XVI, comenzó a haber conciencia nuevamente de la importancia que había tenido el Imperio Romano, y ya se conocía la ubicación de lo que había sido el antiguo Foro Romano, si bien hasta el siglo XX no comenzaron las excavaciones para desenterrar las ruinas de la Antigua Roma.
Dentro del Foro Romano, puedes disfrutar, entre otras cosas, del Arco de Tito, construido alrededor del año 80 (si bien fue restaurado en siglo XVIII). Su construcción fue ordenada por el emperador Domiciano, tras la muerte de su hermano Tito, para conmemorar las victorias de éste en numerosas batallas. Este arco triunfal fue el que inspiró la construcción de muchos otros a partir del siglo XVI, entre los que se encuentra por ejemplo el Arco del Triunfo de París. El Arco de Tito es uno de los monumentos de la Antigua Roma que mejor ha llegado hasta nuestros días, debido a que durante varios siglos formó parte de una edificación medieval, propiedad de una familia importante, que protegió el arco.
Otro de los lugares interesantes de la Antigua Roma, también dentro del Foro Romano son las ruinas de la antigua Casa de las Vestales. Las Vestales eran las sacerdotisas dedicadas al culto a la diosa Vesta, una devoción que se remonta prácticamente a los inicios de la Monarquía Romana. Las Vestales eran el único sacerdocio femenino en la Antigua Roma, y gozaban de bastantes privilegios respecto al resto de la población femenina. Por ejemplo, estas sacerdotisas entraban en el cómputo de población (algo que no ocurría con el resto de mujeres en la Antigua Roma), disponían de asientos reservados en los espectáculos, y además podían tener propiedades y administrarlas (a partir de los 30 años de edad, cuando podían dejar de ser sacerdotisas). En el templo, una de sus principales funciones era mantener encendida la llama de Vesta, un fuego sagrado que se creía que estaba íntimamente ligado a la fortuna de la ciudad, y que por tanto si se apagaba era una premonición de que algo malo iba a suceder. A día de hoy se conservan únicamente los restos de los cimientos de la Casa de las Vestales, y una amplia colección de estatuas (con mayor o menor grado de conservación) que representaban algunas de las vestales más veneradas. Este espacio antiguamente dedicado a la Casa de las Vestales es uno de los últimos monumentos que ver de la Antigua Roma en haber abierto al público, pues se pudo empezar a visitar desde mediados de 2021 (tras muchos años de restauración de las ruinas).
Otro monumento interesante que ver en el Foro Romano es el Templo de Rómulo, un edificio construido en el siglo IV y que está muy bien conservado, incluso la puerta de bronce que se observa en la actualidad es la original. No se sabe con exactitud la función de este edificio en la época de la Antigua Roma, pero durante la Edad Media parte del antiguo templo romano fue reutilizado como templo cristiano, convirtiéndose en la Iglesia de San Cosme y San Damián, razón por la cual el edificio ha llegado tan bien conservado hasta nuestros días.
Foros Imperiales, muestra del esplendor del Imperio Romano
Se conoce como Foros Imperiales al conjunto de ampliaciones sobre el ya existente Foro Romano, que se realizaron durante los últimos años de la República Romana y los primeros años del Imperio Romano (que se inició en el 27 a.C. con Octavio Augusto, sobrino de Julio César).
Durante el siglo I a.C. se hizo claramente patente que el existente Foro Romano era insuficiente para la gobernanza de todos los territorios que se encontraban bajo dominio de la República Romana, teniendo en cuenta su gran expansión entre los siglos III y I a.C. Por tanto, desde los años previos al comienzo de la etapa imperial, diferentes gobernadores romanos fueron ampliando los centros políticos y administrativos, de modo que se construyen los llamados Foros Imperiales: el Foro de César, el Foro de Augusto, el Foro de Vespasiano, el Foro de Nerva, y el Foro de Trajano (y su extensión, conocida como Mercado de Trajano).
Actualmente, tal y como es el trazado de la ciudad, y debido a que no han salido a la luz la totalidad de las ruinas de los Foros Imperiales, da la impresión de que estaban separados e inconexos, pero nada más lejos de la realidad. En la época del Imperio Romano, el conjunto de Foros se unían unos con otros, y tenían una organización totalmente lógica y homogénea. Con estas ampliaciones, los distintos emperadores aprovecharon para construir edificios más solemnes, y para separar las zonas comerciales y administrativas de las zonas dedicadas al culto, que anteriormente en el Foro Romano se encontraban muy cerca unas de otras.
Puedes ver lo que queda de los Foros Imperiales recorriendo la Via dei Fori Imperiali (Avenida de los Foros Imperiales), que une el Coliseo con la Plaza de Venecia y la Via Alessandrina, que te lleva desde el Foro Romano hasta la Columna de Trajano (que en tiempos del Imperio Romano se situaba en el Foro de Trajano).
Coliseo, el monumento de la Antigua Roma más visitado
Si alguien te pregunta qué monumentos de la Antigua Roma son más conocidos hoy en día, seguro que sin duda lo primero que se te viene a la cabeza es el Coliseo. Este anfiteatro es, entre otras cosas, una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980, por lo que no es de extrañar que visitar el Coliseo Romano sea una de las principales razones por las que mucha gente organiza un viaje a Roma.
Pero empecemos por el principio… El Coliseo fue el anfiteatro más grande construido en el Imperio Romano (si bien no el primero) y se finalizó su construcción en el año 80 d.C., siendo inaugurado por Tito Flavio. Se sabe que la obra duró únicamente unos 8-10 años, ¿no es increíble que se completase una construcció de tal magnitud en tan poco tiempo, teniendo en cuenta los medios de la época?
Otra cosa que quizás tampoco sepas, es que «Coliseo» no era el nombre original, sino que se llamaba (se llama) Anfiteatro Flavio. Nerón levantó una gran casa al lado del Anfiteatro Flavio, conocida como Domus Aura de Nerón, y en la puerta de esa mansión, colocó una gran estatua de 35 metros de altura que daba a la bienvenida a sus huéspedes, como símbolo de grandeza. La gente se refería a esa gran estatua como el «coloso», de modo que al estar ahí al lado del Anfiteatro Flavio, finalmente a lo largo de los años, al Anfiteatro se le quedó el nombre de Coliseo, incluso una vez que dejó de existir la estatua (a partir del siglo XVIII).
El Coliseo albergaba muchos «espectáculos»: peleas entre animales, ejecuciones de prisioneros por parte de animales, peleas de gladiadores… Se cree que durante los primeros años hubo incluso batallas navales en el Coliseo. Los emperadores solían decir que con pan y circo controlaba a la población, de modo que la entrada a los «espectáculos» del Coliseo era totalmente gratuita, si bien los plebeyos se sentaban en las zonas superiores, más alejadas de la arena y con peor visibilidad. Los patricios disfrutaban de los mejores sitios, más cerca de la arena, y los senadores tenían incluso sus nombres escritos en una zona de la grada que tenían siempre reservada.
El Coliseo estuvo funcionando como anfiteatro durante cinco siglos, incluso años después de la caída del Imperio Romano en el 476 d.C. Sin embargo, durante la mayor parte de la Edad Media fue destinado a otros usos que nada tenían que ver con su función original, ya que fue por ejemplo la sede de varias órdenes religiosas. En gran medida gracias a haber estado continuamente en uso durante la Edad Media, el Coliseo se salvó de la degradación y caída en el olvido que sufrieron otros monumentos de la Antigua Roma, aunque esto no evitó el saqueo de las losas de mármol que cubrían todo el edificio. Por otro lado, a día de hoy se sabe que el Coliseo tiene en sus cimientos una red de rejillas que distribuye la potencia de los impactos sísmicos, de modo que ha podido mantenerse en muy buen estado a lo largo de 2000 años, a pesar de los numerosos terremotos que se suceden en Italia. El seísmo más dañino para el Coliseo tuvo lugar en el siglo XIV, tras el cual se derrumbó gran parte del lado sur del Coliseo, ya que el terreno de ese lado era más pantanoso, mientras que la parte septentrional resistió mejor porque el suelo era de piedra, mucho más resistente.
El precio de la entrada general para visitar el Coliseo es de 16 €, si lo visitas por tu cuenta y sin guía. En caso de querer hacer una visita con un guía oficial del Coliseo o bien con una audioguía, el precio de la entrada se incrementa en 6 €. Esta entrada te da derecho a visitar la zona que está al nivel del suelo (donde antes se encontraba la arena), y el primer y segundo piso del Coliseo. Si además quieres subir al último piso del Coliseo (Belvedere del Coliseo), y conocer los subterráneos del Anfiteatro, el precio se incrementa en 15 € respecto al de la entrada general. En el caso de comprar esta entrada, solo se puede optar por ir con guía, por lo que la entrada total te saldría por 37 €. En cualquiera de los casos, si en tu viaje a Roma deseas visitar el Coliseo es imprescindible comprar las entradas con antelación.
Si además de visitar el Coliseo, quieres ver el Foro Romano y el Palatino acompañado de un guía, puedes contratar un tour conjunto de unas tres horas de duración con Civitatis, por un coste total de 43 €. Sin duda, ésta es la mejor opción si deseas conocer un poco más acerca de la historia de la Antigua Roma a la vez que visitas esta increíble zona de la ciudad.
Arco de Constantino, un monumento de la Antigua Roma que puedes disfrutar gratis
Se trata de un arco del triunfo situado entre el Coliseo y el Foro Romano, lo cual lo convierte en uno de los lugares más fotografiados por los turistas, puesto que se puede ver de forma gratuita (al no estar dentro del recinto cerrado del Foro Romano como tal, cómo sí sucede por ejemplo con otros monumentos de la Antigua Roma como el Arco de Tito). El Arco de Constantino fue construido en el siglo IV d.C. para conmemorar una de las victorias del emperador Constantino I el Grande.
Teatro Marcello, uno de los lugares de entretenimiento en la Antigua Roma
Fue proyectado por Julio César, si bien a la muerte de éste tan solo se habían construido sus cimientos, por lo que finalmente la obra se finalizó bajo el mandato de Augusto, en el año 13 a.C. Una de las cosas que más llaman la atención de este monumento de la Antigua Roma es que tiene viviendas en la parte superior. Esto es así desde el siglo XII, cuando se convirtió el edificio en una especie de fortaleza.
La entrada al Teatro de Marcello es totalmente gratuita, lo que lo convierte en uno de los lugares de la Antigua Roma imprescindibles. Además, alrededor del Teatro Marcello hay una serie de restos arqueológicos que también se pueden recorrer de forma gratuita. Se puede entrar en este recinto de 9 a 19 h en los meses de primavera y verano, y de 9 a 18 h en otoño e invierno.
Panteón de Agripa, el edificio de la Antigua Roma mejor conservado
Templo de Adriano, una sorpresa de la Antigua Roma escondida en pleno centro
Largo di Torre Argentina, uno de los lugares de la Antigua Roma de mayor relevancia histórica
Si pasas por estas ruinas sin haberte informado previamente, posiblemente el lugar no te llame demasiado la atención, puesto que no es mucho lo que se conserva en esta zona, que en su momento de máximo esplendor albergaba cuatro templos, y el Teatro de Pompeyo. Sin embargo, si previamente a tu visita has leído algo sobre la historia de la Antigua Roma, verás este lugar con otros ojos, puesto que aquí fue nada más y nada menos donde murió asesinado Julio César, el 15 de marzo del año 44 a.C. Como posiblemente ya sabrás, Julio César fue asesinado a puñaladas, víctima de una conspiración de varios senadores que no veían con buenos ojos las aspiraciones autocráticas del que sin duda fue el precursor del Imperio Romano.
Actualmente, este lugar sirve como refugio a muchos gatos sin hogar, que empezaron a guarecerse aquí desde que en 1929 se excavó esta zona para sacar a la luz las ruinas romanas. Durante el resto del siglo XX este lugar continuó siendo una colonia de gatos que eran cuidados y alimentados por tan solo algunos vecinos de la zona amantes de los animales, si bien la situación era ya insostenible por la gran cantidad de gatos que llegó a haber. Desde finales de los años 90, el cuidado de la colonia está a cargo de una protectora, que consigue recaudar fondos gracias a lo llamativo del lugar histórico tan relevante en el que están estos gatos. Pero lamentablemente, este santuario de gatos no recibe ninguna ayuda de las administraciones, y continúa con su lucha histórica por estar en una situación ilegal. Entre otros, el Departamento Nacional de Arqueología de Roma está presionando muchísimo para desalojar esta colonia, si bien por el momento los gatos siguen en su sitio, en el lugar donde llevan viviendo desde hace ya un siglo 😊
Estadio de Domiciano, el lugar de los atletas del Imperio Romano
Fue inaugurado en el siglo I d.C. por el emperador del mismo nombre, que quería fomentar los deportes no violentos (al estilo de la Antigua Grecia), en detrimento de otros entretenimientos más arraigados en la época, como los que se llevaban a cabo en el Coliseo (luchas de gladiadores, etc). Por tanto, en el Estadio de Domiciano se practicaban deportes iguales o muy similares a algunos de la actualidad, como atletismo, lanzamiento de disco y de jabalina, boxeo, salto de longitud… Se estima que el estadio podía acomodar a unos 30.000 espectadores.
Actualmente, el Estadio de Domiciano pasa bastante desapercibido, ya que sus ruinas se encuentran bajo lo que hoy en día es la Plaza Navona (precisamente la forma alargada de esta plaza, se debe a que está construida justo en el lugar que ocupaba anteriormente el estadio). Aún así, si tienes suficiente tiempo para visitarlo, es muy recomendable. La entrada cuesta 8 € con audioguía incluida, y no es necesario reservarla con antelación tal y como sucede con otros monumentos de la Antigua Roma. Se accede desde la Via di Tor Sanguigna, que está en uno de los laterales de la Plaza Navona (es decir, por el lado exterior, no dentro de lo que es la misma plaza). Abre al público todos los días de 10 a 19 h, y se tarda unos 40 minutos en visitar.
Foro Boario, el mercado de la Antigua Roma
- El Templo de Hércules, que es el edificio de mármol más antiguo que se conserva en Roma (se levantó en el siglo II a.C). Se trata de un edificio pequeño y circular, totalmente rodeado de columnas.
- El Templo de Portuno, también decorado con numerosas columnas a lo largo de su perímetro, y de dimensiones bastante modestas en comparación con otros edificios de la Antigua Roma. En este caso es de planta rectangular, y fue construido en el siglo I a.C.
Circo Máximo, la edificación más grandiosa del Imperio Romano
Pese al esplendor que debió tener este monumento de la Antigua Roma en su momento, lamentablemente en la actualidad no lo podemos disfrutar, ya que se encuentra derruido prácticamente en su totalidad. El Circo Máximo se construyó por primera vez en el siglo VI a.C., durante el periodo de la Monarquía Romana, entre los montes Aventino y Palatino, y desde ese momento hasta el siglo II d.C. tuvo numerosas ampliaciones y reconstrucciones. Su finalidad era fundamentalmente acoger carreras de cuádrigas, por lo que tenía una forma alargada, que llegó a ser de unos 600 metros de largo y 200 de ancho. Según las estimaciones realizadas actualmente, en sus años de mayor esplendor el Circo Máximo podía llegar a acomodar a unos 300.000 espectadores, aforo que jamás ha sido superado por ningún otro estadio ni siquiera en la actualidad.
Desde la construcción del Circo Máximo hasta la caída del Imperio Romano, este impresionante monumento de la Antigua Roma fue sufriendo numerosos incendios e inundaciones, lo que llevaba a su vez a subsecuentes reconstrucciones tras cada desastre. Cada vez que alguna dificultad golpeaba al Circo Máximo, éste resurgía de sus cenizas y además aprovechaban para ampliarlo y darle un mayor esplendor.
Se estima que el Circo Máximo conservó su función original, para carreras de cuádrigas, hasta el siglo VI, bajo el reinado de los godos. A partir de ahí, lamentablemente esta edificación se usó durante varios siglos como cantera, de modo que se expolió todo el mármol. Durante algún tiempo en la Edad Media, las ruinas del Circo Máximo que aún se conservaban se reutilizaron como fortaleza, junto con algún añadido de la época (como la torre que se observa en el lado sureste de la explanada). A día de hoy el lugar está habilitado como parque, y en ocasiones se usa para algunos eventos como ferias o conciertos.
Aunque, como te decía anteriormente, hoy en día no se conserva prácticamente nada del Circo Máximo, merece la pena acercarse al lugar y tratar de imaginarse lo que podía ser esta grandiosa edificación en la Antigua Roma, ya que solo el tamaño de la explanada ya impresiona bastante.
Termas de Carcalla, un punto de encuentro en la Antigua Roma
Fueron construidas en el siglo III d.C. y en su momento fueron uno de los edificios de la Antigua Roma más impresionantes. Aunque hoy en día solo se puede disfrutar de las ruinas que han quedado, uno se puede hacer una idea del impresionante complejo que formaban estas termas. En su momento, eran usadas por personas de todas las clases sociales, desde esclavos o militares (que entraban gratis), hasta los senadores y patricios, pasando por los plebeyos de clase intermedia. Están situadas a muy poca distancia de la explanada que anteriormente ocupaba el Circo Máximo.
El precio para visitar las Termas de Carcalla es de 8 €, y el horario es de 9 a 18.30 h todos los días excepto los lunes, que es de 9 a 14 h.
Y hasta aquí el resumen sobre los principales monumentos y lugares de la Antigua Roma que no te debes perder si realizas un viaje a la Città Eterna… si estás organizando un viaje a Roma no te pierdas mis entradas sobre qué ver y hacer en Roma en 4 días (próximamente), qué visitar en el Vaticano (y cómo), qué ver en el Trastèvere.
Si además de conocer Roma, tienes pensado disfrutar de otras ciudades de Italia, seguro que también te interesarán el resto de mis entradas sobre este maravilloso país: